viernes, 9 de septiembre de 2011

Polarización en La Plata: vecinalismo vs. kirchnerismo

Adelantamos, en este posteo del 19 de agosto pasado, el cambio de estrategia de campaña que iba a experimentar el vecinalista intendente de La Plata, Pablo Bruera:

Luego de una decepcionante performance en las elecciones primarias, Pablo Bruera cambiará su estrategia electoral: pasará del vecinalismo macrista con que inundó la ciudad de cara a las PASO, a pegar su imagen a la de CFK.

La decisión está inscripta en la tradición camaleónica del dirigente vecinalista, y también es producto de la necesidad: luego de augurar que obtendría más del 55% de los votos en las PASO, apenas arañó un 30% y, con ese número, caería su ambición de posicionarse como un referente provincial.
Habíamos adelantado que la campaña que realizó Bruera de casa a las PASO, pletórica de un vecinalismo macrista explícito (centrado en la figura de "Pablo", con globitos y letritas de colores, alejado de la figura de Cristina Fernández de Kirchner: nada de política, apenas clichés de tono vecinalista) no le había dado los resultados esperados: apenas un 30% de los votos, muy por debajo del guarismo que la Presidenta obtuvo en La Plata. Ese 30%, lejos de los anunciados 55 puntos que había pronosticado el bruerismo a través del multimedio de la ciudad, tampoco le es funcional a su apuesta autonomista de convertirse en referente provincial de cara a 2015.

Así las cosas, era muy fácil anunciar que Bruera cambiaría radicalmente su estrategia: pegarse a Cristina, ahora que comprobó empíricamente quien es el gran electoral en el país y también en la capital provincial.

Ayer apareció el primer cartel de Bruera junto a la Presidenta... pero tuvo mala suerte el jefe comunal porque justo cuando lanzaba su nueva táctica electoral, el referente del kirchnerismo platense y candidato a la intendencia, Guido Carlotto, realizó un multitudinario plenario de trabajo con las juventudes kirchneristas de La Plata y con la presencia de Andrés "Cuervo" Larroque, referente nacional de La Cámpora que mantiene diálogo directo con la Presidenta.

No es la primera vez que Larroque acompaña a Carlotto en una aparición pública. Los lazos del senador provincial con la Casa Rosada son muy sólidos: no sólo por el hecho de que Cristina lo haya recibido en su despacho el 19 de mayo pasado, sino por los contínuos gestos políticos que desde Olivos envían. La presencia recurrente de dirigentes nacionales de primera línea en actos de Carlotto (Juan Abal Medina, Gabriel Mariotto, Icazuriaga o Carlos Zannini por ejemplo), la reciente reunión con el secretario general de la presidencia Oscar Parrilli o el trabajo intenso que este espacio realiza con el ministro de Justicia Julio Alak.

Anoche, durante el plenario, Larroque afirmó que “se acabó la época de los especuladores, por eso nosotros estamos acá con el compañero Kibo Carlotto”. Además, en un claro mensaje hacia afuera Larroque sotuvo que “por supuesto que al kirchnerismo, algunos lo van a apoyar por convicción y otros por conveniencia, y nosotros estamos acá porque estamos con los que se suman al kirchnerismo por convicción”.

De esta manera, la coyuntura electoral de la capital provincial está planteda en una polarización entre expresiones antagonistas (el vecinalismo - autonomismo de Bruera y el kirchnerismo explícito de Carlotto) que, sin embargo, tendrán en la campaña la misma referencia nacional: Cristina. A pesar de esa situación, las razones del anclaje nacional de los candidatos están en las antípodas: a Bruera no le queda más remedio que pegarse a la imagen de la Presidenta porque su ambición de medir más que la mandataria en La Plata, y así proyectarse como referente provincial, quedó desbaratada en las PASO.

La construcción política de Carlotto, como contrapartida de los expresado por Bruera, encuentra en la soldadura con el Gobierno Nacional y con el proyecto nac&pop que inició Néstor Kirchner y hoy conduce CFK, su genética política: el objetivo es insertar a La Plata en ese modelo y trabajar en sintonía fina con la Casa Rosada.

Desde el espacio carlottista insisten en un argumento: el universo de votantes de la Presidenta en la capital provincial es muy basto, cercano al 45%. Agregan quienes trabajan cerca del senador provincial que Bruera apenas capitalizó un 30% de ese espectro y que, muchos de los que votaron a Cristina y a Bruera, lo hicieron desconociendo la opción kirchnerista que representa Kibo. Para sustentar esa afirmación, aportan un dato: Carlotto tiene un nivel de conocimiento en la Ciudad del 40%, de lo cual se deduce con el escrutinio de las Primariasque lo votaron 2 de cada 4 personas que lo conocen. Con este panorama, estiman que es muy posible captar un enorme porcentaje del universo de votantes de la Presidenta, y también sostienen que es factible seducir a una buena parte del electorado que en agosto no encontró representación: los votos en blanco para Intendente fueron 41 mil. Evidentemente, a Bruera lo conocen y lo desecharon. Muchos de ellos votaron a CFK. Por esos votos irá el carlottismo.


Así las cosas, desde ese espacio ya se trabaja intensamente en una campaña novedosa y ágil, que buscará sortear las trabas y el vandalismo que desde el oficialismo local le infieren, y que abordará al electorado desde diversas dimensiones discursivas y territoriales; trabajo en el que la juventud toma una dimensión y un protagonismo importante. Tal como le gusta y como pidió Cristina Fernández de Kirchner.




 

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