jueves, 27 de enero de 2011

"NUNCA MENOS"

Esas fotos que veo son lo que ellos no ven; ese sentimiento espeso que siento acá es la esencia que ellos no comprenden; esa convicción es la certeza que ellos apenas tienen sobre el verde dólar…o el verde Falcon; es amor en la militancia porque la militancia es política y la política es el cuerpo, el corazón, las pelotas y la cabeza.


Sí, son “ellos” o somos NOSOTROS. Crispación, claro que si. Y Cris – Pasión, esencialmente. En esta batalla diaria, cultural y política, que tiene lugar desde hace casi 8 años, venimos a refrendar el combate por las ideas: la concepción que “ellos” tienen de libertad, justicia e igualdad choca de frente con nuestra cosmología. Si para ellos Néstor era un tirano, un loco desenfrenado guiado solamente por la avidez siniestra de concentrar poder, un ladrón inescrupuloso que hacía de la política una enorme caja personal para comprarse hoteles en Calafate y carteras Dolce&Gabbana para la yegua, NOSOTROS venimos a ponerle el pecho, confrontar y eludir cualquier tipo de consenso con esos mal nacidos. De una. Sin filtro. Sin dobleces.

Hace 2 meses, en la vigila por el primer mes de la desaparición física de Néstor, vinimos al Oesterheld a encontrarnos en la alegría a pesar de la desazón que provocaba (provoca) la ausencia. Decíamos entonces, en un mar de intensidad kirchnerista: es rock, es cumbia, es carnaval. Ahora es candombe también. El candombe de Néstor. Nunca Menos. El Oester explotó otra vez. La razón es la misma, pero esta vez hay algo más: la presentación de esa obra artística – militante que craneó Buyu y de la que participamos todos. Si hasta en el canal YouTube de la Casa Rosada está! Zarpado cumpas.

Zarpado cumpas. ¿Saben por qué? Porque es allí, donde el amor es militancia y la militancia es fuerza arrasadora que genera hechos políticos, es allí donde se derrumba el sentido común y la falacia construida sobre la historia oficial; es allí donde el sedante atávico que coloniza conciencias pierde su efecto cipayo. Esa es nuestra fortaleza. Esa es su debilidad y su sentencia. Es allí donde el candombe recoge un mandato y se convierte en manifiesto, en doctrina.

Nunca menos es una pieza artística memorable porque su esencia representa el espíritu de época. ¿Ah no? Un artista direcciona su potencia creativa hacia la militancia porque la política es su musa y, se sabe, la musa es una serpiente de muchas cabezas que se alimenta de lo trascendente: el amor y el desamor, la justicia y la injusticia, la vida y la muerte. Desde el 25 de mayo de 2003, la política canaliza todo aquello en formato inclusivo: recobramos la esperanza y la política como herramienta para mejorar las condiciones materiales de existencia y para derrumbar paradigmas sociales y culturales opresores; para ampliar y generar derechos, para buscar la justicia social; para tener un país libre y soberano. Gracias Néstor.

Entonces, la política es la musa. Y se convierte en arte. Y para que el arte sea trascendente debe ser popular y allí aparecen los militantes (jóvenes y veteranos) con su pujanza y también allí dicen presente artistas reconocidos y las gentes de a pie para generar una amalgama heterogénea, exótica, frentista o movimentista… peronista y kirchnerista. Nunca Menos viene a ser una especie de síntesis de algo que se construye al palo y en tiempo real; es la expresión artística de un país que nace. Es el agradecimiento profundo a Néstor Kirchner por devolverle la conciencia y la fe a un “enjambre de morochos que le arruinan la foto a los que no vuelven más.”

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