CTA: SIN RETORNO

El titular de ATE, Pablo Micheli, ratificó hoy que la CTA se encamina a la fractura, al afirmar que su relación con el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, "ya no tiene retorno" y advirtió que no descarta apelar a la Justicia para dirimir quién se quedará con la estructura de la central alternativa.

En medio del fuerte conflicto que atraviesa la CTA desde hace varios meses, Micheli insistió en que podría esta semana resolver un alejamiento de su sector, pero aclaró que no dejará la estructura de la central en manos de Yasky, al recordar que su sector "ganó las elecciones en 17 provincias" el pasado 23 de septiembre.

En ese marco, podría desatarse una dura disputa judicial entre ambas facciones para determinar quién se quedaría con la personería de la CTA, luego de la profunda división ideológica que se abrió en el seno de la entidad.

"Todavía falta mucho, primero queremos ir a las elecciones complementarias, pero si las disputas siguen podríamos ir a la Justicia para dirimir quién se queda con el nombre de la CTA", señaló Micheli.

Por otra parte, señaló que su relación con Yasky "no tiene retorno", aunque advirtió que mantiene diálogo con dirigentes de la lista del actual titular de la central.

Mientras tanto, esta semana será clave para que ambos sectores finalmente acuerden o no una convocatoria a las elecciones complementarias que deben realizarse en mesas de 10 provincias, a principios de diciembre a más tardar.

Las acusaciones cruzadas volvieron a recrudecer días atrás luego de que tras numerosas negociaciones los dos sectores no lograran ponerse de acuerdo sobre la confección de los padrones para convocar a los comicios complementarios que definirán al próximo conductor de la central.

Las elecciones complementarias fueron ordenas por el Comité Arbitral luego de que se detectaran irregularidades en mesas de 10 provincias que perjudicaron a Yasky.

De todos modos, en caso de que esas elecciones finalmente se realicen y más allá de su resultado final, se percibe muy complicada una convivencia futura entre ambos sectores, que muestran fuertes disidencias ideológicas.

Principalmente la postura frente al kirchnerismo fue lo que agrietó la unidad de la central, ya que el bando de Micheli tiene una postura de firme oposición al Gobierno actual, mientras que el de Yasky se muestra cercano a la Casa Rosada.