viernes, 30 de julio de 2010

EL DIADE LOS MUERTOS

Mi amigo personal Dani Cajade se avispó que el mundo va a seguir existiendo a pesar de los pronósticos apocalípticos de algunos y, al mismo tiempo, se dio cuenta que no podría seguir disfrutando plenamente de su fantástica existencia si La Otra Cara del Patacón no le publicaba esto: 


Esta mañana salí medio dormido de casa, a los apurones, como para no llegar tarde al laburo. Miré para arriba a ver que onda y llovía. Pero el cielo no estaba violeta, ni se le dibujaban torbellinos. Antes de bajar a la vereda -todavía medio cagado de frío- me asomé hacia los dos lados y no vi ni destrucción, ni jinetes justicieros, ni nada.


Y me puse a escribir esto porque a pesar del imperdonable pecado que cometieron hoy Larrese y Vannelli, ya no creo que mañana a la mañana tampoco pase un carajo. Hace casi una semana que estoy cagado hasta las patas con el Apocalipsis, pero me cansé.

Evidentemente, el territorio nacional argentino donde rigen las leyes de nuestro Código Civil, no se verá invadido por la furia del Dios espía que nos vendieron algunos fanas, aunque debo admitir que por momentos creí que me iba a ver mano a mano en algún diagonal con el mismísimo Lúcifer.

Ustedes entiéndanme también. El otro día escuché a Bergaglio decir que la ampliación del derecho al casorio a la gente del mismo sexo es “la pretensión destructiva del plan de Dios” y que “no se trata de un mero proyecto legislativo sino de una movida del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. Miren que yo he ido a misa en mi vida eh, pero posta, jamás me imaginé que el diablo hacía “movidas”.

Encima a las pocas horas me enteré de que el Ruiseñor Héctor Gaver apoyó explícitamente la suspensión del cura Nicolás Alessio que en una homilía se mostró a favor del casamiento entre trolas, putos y demás; sanción que no llegaron a recibir ni Grassi ni Storni, por comprobados abusos de menores.

En fin, salí de casa con toda la confianza del mundo, ya sin ningún cagazo de toparme con el capo del averno y ahí nomás me puse a pensar que si el mundo se tiene que caer a pedazos por lo que hacen o no los seguidores de Dios, ya tendría que estar hecho concha.

¡Pero claro! Cómo voy a estar cagado, si quienes se adjudican la representación del mismísimo Barba por estos lares son los mismos que durante la última dictadura militar contribuyeron directamente en el asesinato de sus colegas tercermundistas. Son los mismos que infundieron falsas esperanzas en los familiares de miles de desaparecidos, desviando las investigaciones con las que arriesgaban sus vidas, en el intento –en muchos casos aún inconcluso- de encontrarlos.

¡Que ganso! Cómo me voy a morfar el cuento del fin del mundo si estos tipos son los mismos que defenestran el uso del preservativo, haciendo caso omiso a las más de 25 mil muertes en nuestro país a causa del HIV. ¡No, capo! los muertos parecen no mancharles su guerra santa cuando condenan horrorosamente la regularización de las prácticas abortivas inducidas que al desarrollarse en la clandestinidad se llevan mas de cien argentinas por año.

¡Qué gil! ¿¡En qué demonios estaba pensando, cuando creí que se hacía realidad la canción “Día de los muertos”!? Si hace poquito los vi a los dos esgrimiendo argumentos apocalípticos junto a los padres de la Federación Agraria. Y si no me equivoco también los juné mostrándose felices junto a Dromi –sí, el del decálogo cagalotodo- y Delarváez.

Ya fue, el tiempo que tardé en caminar las dos cuadras que separan mi casa de la oficina me sobró para despabilarme y perder cualquier atisbo de miedo. Total, me quedo tranquilo… en esa volteada no quedo pegado ni a palos. No pá, mi dios no juega dados… está a mi favor.


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