martes, 20 de octubre de 2009

QUIERO CONSENSO, LA CONCHA DE TU MADRE!



Este video es una muestra empírica de la teoría de la Aguja Hipodérmica en versión argenta: en pleno desarrollo del enfrentamiento entre los intereses de las cámaras patronales sojeras nucleadas en la Mesa de Enlace y el gobierno nacional, una horda de alienados ataviados con la impronta Palermo Soho, regios de aromas de zona norte capitalina y armados con cacerolas de teflón, protestaban contra la resolución 125 (un lindo trabajito para el compañero Artemio López hubiese sido una encuesta en tiempo real para conocer cuantos de los piqueteros chetos sabían de que se trataba aquella resolución ministerial) acurrucados bajo el slogan "todos somos el campo" y atacando con los clichés derechosos, gorilones, plenos de consensos y vacíos de crispación que sin disimulo y sin esfuerzo le había INYECTADO el Noble Grupo Clarín, garante ontológico de la constitucionalidad argenta, y sino pregúntenle al pueblo o a Claudio Díaz o a la viuda de David Graiver o a los hijos de Ernestina o a Duhalde...
Bueno, retomando el concepto que pretende ser hilo conductor: los irascibles caceroleros relinchaban subidos a la impronta catastrófica de los titulares de TN y Clarín: gritaban su descontento sobre la base de la moralización de la política que
fogoneó el Noble Imperio ("NOS METIERON LA MANO EN LOS BOLSILLOS", vociferaban aunque segundos antes confesaban que no tenían nada que ver con el "CAMPO"); se quejaban de las Madres y Abuelas, de los desaparecidos y de los derechos humanos, conceptos que tenían internalizados por naturaleza pero que fueron avivados por subterráneas estrategias mediática (escuchar a M. Grondona, leer a Morales Solá); fustigaban la "provocación de la Presidente", mirándose en el espejo de la producción de sentidos de La Nación; Montoneros, resentidos, ladrones...
La simbiosis entre los que expresaba el espectro mediático opositor y los lugares comunes que vomitaban los caceroleros eran explícitos.
Lo que no es explícito, es la forma en que aquellos clichlés corporativos funcionales a los poderes fácticos, ocultan los reales motivos motorizadores de los debates profundos y cómo logran la aceptación mecánica del oyente, lector o televidente.
Los cambios de paradigmas enloquecen al Stablishment. La 125 o la Ley de Servicios de Comunicación Audivisual tocan los intereses atávicos de los dueños del país. La Sociedad Rural, el Grupo Clarin, la Iglesia, el empresariado.
Sin embargo, no pueden blanquear sus intereses. Entonces, la estrategia es la elípsis pseudo argumental: moralización de la política, llamados a consensos (sin debate ¿existe el consenso?), proyección en el OTRO (Estado) de las miserias propias. Esconder, maquillar la realidad, producirla de en un formato vacío, pletórico de superficialidad, alejado del debate hondo. Promover un ramplón duelo entre MALOS Y BUENOS tamizado con la vara pontificia de los intereses empresariales.
Disparan con cinismo y claman por la seguridad y la democracia (pero apenas de la democracia representativa, no quierenm una democracia participativa con incremento de injerencia de diversos sectores sociales), por la República y la formas institucionales.
Ahora Carrió noS cuenta desde su lisérgica torre de marfil y con orgiástica clarividencia, acerca del "clima de crispación y violencia planificada por el Gobierno"; ahora, Bergoglio no puede dormir por "el escándalo de la pobreza"; ahora, Bergman alecciona y arremete contra la Ley mordaza...faltaría que el iluminado Cleto nos de una clase magistral de lealtad
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