miércoles, 28 de octubre de 2009

Latinoamerica


Un conjunto de países “poco serios”…subdesarrollados…tercermundistas.
¡No carguemos más con esta cruz! Tomemos al destino en nuestras manos, y por favor, no seamos países serios. Seamos países alegres, países solidarios, países hermanos, países vibrantes.
¿Quién nos hizo creer que hay un solo camino? Despertemos! Poseemos una historia cargada de injusticias, de alimentar la riqueza ajena a costo de una pobreza propia que aterroriza.
Es nuestra la historia de colonialismo, neocolonialismo, gobiernos títeres, Union panamericana, dictaduras de “seguridad nacional”, deuda externa, represión, desaparecidos. Una historia de OEA, TIAR, BID, FMI, ALCA.
Instrumentos que sirvieron y sirven para nuestro sometimiento, para ser impotentes y que nos arrebaten nuestras riquezas, nuestra identidad, quedando en el camino millones y millones de vidas…
Y los ejecutores tienen nombres propios: Gran Bretaña, Estados Unidos, empresas transnacionales, cómplices como la Sociedad Rural dentro de nuestras fronteras… los de siempre.
Vivimos bombardeados de mensajes con ideas conservadoras, contaminantes para nuestra cultura, donde se reivindican al mercado y la riqueza, la competencia y el individualismo como las máximas virtudes.
Hoy, podemos percibir un cambio. Una experiencia que comenzó con Chávez en Venezuela , Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Michelle en Chile, Evo en Bolivia, Nestor y Cristina en Argentina, y podría seguir nombrando a países como Paraguay, Uruguay, Nicaragua, cómo olvidarme de Cuba.
Esta corriente que brota, amplia, heterogénea, confusa, no tiene un ejemplo a seguir, sino mas bien un ejemplo a no seguir: el del neoliberalismo, porque su comienzo está signado por el fracaso de este modelo, que hasta el día de hoy seguimos pagando sus consecuencias.
Los nuevos proyectos nacionales vuelven a creer en el Estado, en una redistribución de los bienes públicos y sociales. Apuestan a una mayor integración regional: basta con ver lo obrado hasta ahora en el MERCOSUR y Unasur.
Hay otro mundo posible, que demandan nuestros pueblos y es aquí con esta nueva izquierda, de carne y hueso, que debemos construir un NOSOTROS inconmensurable, donde necesariamente halla un ELLOS. Porque no hay consenso posible entre proyectos antagónicos…siempre debe haber un ellos, a la cual nuestra fuerza popular se imponga alegre, solidaria, hermana, vibrante.

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